Wednesday, November 26, 2008

De Cara a la Crueldad

No cabe duda que de esta vida no te vas sin conocer la mayor parte de las cosas que la componen. He conocido el amor, el desamor, la injusticia, el enojo, la pérdida, la amistad, el dolor, la lealtad. Por primera vez me encuentro ante la cruealdad, de cara a ella, enamorada de ella. Sabía que existía pero no la conocía.

Su máscara es de dulzura, de inocencia, se me mostró arrepentida, como si estuviera pendiente, pensando en mi en todo momento, creo que lo hizo para lograr entrar de nuevo a mi vida, dulce y tiernamente con la verdadera intención de aplastarme, de arrollarme, sin explicación. Una vez que me tuvo en sus manos, me abandonó, dejando ante mi su huella fulminante por todos lados a donde volteo, meticulosa y calculadamente se encargó de quedar presente en cada rincón de mi nuevo espacio, en cada parte mía incluso hasta en los lugares en donde antes no había llegado con toda la intención de ser recordado a cada instante y para que no olvide su existencia, de quién es y el daño que puede hacer. Para que no olvide que un día me mostré vulnerable, rendida y que justo en ese momento me golpeó, me empujó, me tiró abandonándome con su cautivadora sonrisa y mirada inocente. La crueldad me estudió, yo le dejé entrar y supo como encantarme dejándome hecha pedazos nuevamente.

La crueldad tiene ese sabor agridulce, actúa con alevosía, premeditadamente, sin piedad, es inhumana, excesiva, egoísta, violenta, y lo peor es que disfruta y se complace de tu dolor, tiene la finalidad de ganar tu voluntad y así acabar contigo.

Ahora puedo reconocerte.